El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) aprobó una nueva resolución que permitirá un mejor aprovechamiento de los animales denominados “caídos”, es decir, aquellos que durante el transporte o manejo llegan débiles, sin poder mantenerse en pie o con lesiones que impiden su recuperación plena, pero que aún podrían destinarse a faena bajo control sanitario.
Hasta el momento, estos animales eran descartados o decomisados en la mayoría de los casos, incluso cuando su carne podía ser apta para el consumo humano. La medida busca reducir desperdicios en la cadena ganadera, mejorar la eficiencia productiva y, al mismo tiempo, reforzar los mecanismos de control sanitario y trazabilidad.
Según explicó el vicepresidente del Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG), Fernando Sáenz Valiente, la iniciativa apunta a aprovechar carne que hoy se pierde por cuestiones administrativas o por falta de un marco claro de actuación. “Cuando se transporta hacienda, a veces llegan animales débiles o que se caen, y ahora se habilita la posibilidad de trasladarlos a frigoríficos para que el proceso sea evaluado y se determine su aptitud sanitaria. Es un porcentaje bajo, pero acumulativamente representa mucha carne que hoy se desperdicia”, señaló en diálogo con Canal E (Perfil).
La resolución del Senasa establece que los frigoríficos habilitados podrán recibir y faenar estos animales bajo estrictas condiciones sanitarias, garantizando que solo aquellos en condiciones aptas ingresen al circuito de consumo. No se trata, por lo tanto, de animales muertos, sino de ejemplares vivos que no pueden ser recuperados para la cadena habitual pero que pueden aprovecharse sin riesgos para la salud pública.
Desde el punto de vista productivo, la normativa busca una mayor eficiencia y sustentabilidad en la ganadería, reduciendo pérdidas y costos asociados. Sin embargo, también plantea nuevos desafíos: será necesario definir criterios claros para determinar qué animales pueden incluirse bajo esta categoría, cómo se controlará el transporte y el ingreso a frigoríficos, y qué responsabilidades asumirán los profesionales veterinarios en cada etapa.
En ese sentido, la participación del cuerpo veterinario resulta clave para garantizar el cumplimiento de los requisitos de bienestar animal, sanidad y trazabilidad. Además, la capacitación de los actores involucrados —productores, transportistas y personal de faena— será fundamental para que la aplicación de esta medida no genere efectos contraproducentes.
Desde FECOVET destacamos la importancia de acompañar y analizar cada nueva disposición sanitaria del Senasa, no solo desde su impacto técnico, sino también desde la responsabilidad profesional que implica para los veterinarios en ejercicio. Este tipo de normativas requiere una mirada integral, que equilibre la eficiencia productiva con el resguardo del bienestar animal y la seguridad alimentaria.
FECOVET continuará siguiendo la implementación de esta medida y su reglamentación final, promoviendo espacios de información y debate entre los colegios y consejos veterinarios del país, con el objetivo de aportar una mirada profesional y responsable en torno a las políticas sanitarias que impactan directamente en la labor veterinaria y en toda la cadena agroalimentaria.



