Laboratorios veterinarios: pilares fundamentales en la salud animal

En las últimas décadas, los laboratorios de diagnóstico veterinario se consolidaron como una pieza central en el fortalecimiento del sistema sanitario argentino. Aunque muchas veces invisibilizados frente a otros eslabones más visibles de la cadena productiva o del ejercicio profesional, su evolución técnica e institucional ha sido clave para el control de enfermedades, la vigilancia epidemiológica y el avance general en salud animal.

Desde los años 80 en adelante, la expansión de estas estructuras se aceleró. Pasaron de ser un recurso limitado a grandes ciudades y espacios académicos, a formar una red amplia y territorialmente distribuida, que hoy supera los 400 laboratorios en actividad en todo el país. La profesionalización de estos espacios acompañó la consolidación de planes sanitarios nacionales, como los de brucelosis bovina, anemia infecciosa equina y fiebre aftosa, entre otros.

El desarrollo de capacidades técnicas, la incorporación de nuevas metodologías diagnósticas y la mejora en los procesos de toma y envío de muestras fueron parte de ese crecimiento. También lo fue la articulación entre el sector público y privado, y el surgimiento de instituciones como la Asociación Argentina de Veterinarios de Laboratorios de Diagnóstico (AAVLD), que desde su creación ha trabajado para unificar criterios, establecer estándares de calidad y favorecer la formación continua.

El rol del profesional veterinario en estos espacios también fue evolucionando: del análisis puramente técnico a una participación estratégica en la toma de decisiones sanitarias, en contacto con productores, autoridades sanitarias y otros colegas del sector.

En tiempos donde el diagnóstico oportuno es fundamental para prevenir, contener y erradicar enfermedades, el aporte de los laboratorios veterinarios resulta imprescindible. Reconocer su trabajo y potenciar su desarrollo es también fortalecer el conjunto de la salud animal en nuestro país.