El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad aguda y grave que combina tres características principales: anemia hemolítica, disminución de plaquetas e insuficiencia renal aguda. Se produce por el daño del endotelio vascular, que genera microtrombos y compromete principalmente a los riñones, aunque también puede afectar al sistema nervioso y al corazón.
Existen dos formas de presentación. El SUH típico, más frecuente en niños pequeños, suele estar asociado a la infección por Escherichia coli productora de toxina Shiga, habitualmente precedida por diarrea, a veces con sangre. El SUH atípico no está relacionado con esta bacteria y, en muchos casos, se debe a alteraciones en la regulación del sistema del complemento, ya sea por causas genéticas o adquiridas.
Argentina presenta una de las incidencias más altas del mundo, con entre 300 y 420 casos nuevos por año, principalmente en niños menores de 5 años. Es endémico y tiene mayor frecuencia en primavera y verano. El SUH es la causa más frecuente de insuficiencia renal aguda en pediatría y la segunda causa de trasplante renal infantil en el país.
Los síntomas iniciales del SUH típico incluyen dolor abdominal, vómitos y diarrea, seguidos de palidez, decaimiento, disminución del volumen de orina e incluso alteraciones neurológicas como confusión o convulsiones. El diagnóstico se realiza a través de análisis de sangre y orina, detección de la toxina Shiga o estudios genéticos en el caso de SUH atípico.
El tratamiento del SUH típico es de soporte: hidratación, control estricto de la función renal y diálisis si es necesario. No se recomienda el uso de antibióticos en la fase aguda. En el SUH atípico, los avances recientes incluyen terapias dirigidas como eculizumab y ravulizumab, que mejoran notablemente el pronóstico al bloquear la activación descontrolada del complemento.
La prevención sigue siendo la herramienta más efectiva para el SUH típico y está directamente ligada a la seguridad alimentaria. Es clave extremar la higiene en la manipulación de alimentos, consumir carne bien cocida (especialmente la carne picada), tomar agua segura o potabilizada, evitar la contaminación cruzada en la cocina y lavarse las manos después de ir al baño, cambiar pañales o tener contacto con animales.
Bajo el enfoque de “Una Salud”, investigadores y profesionales veterinarios trabajan de manera integrada para reducir la circulación de E. coli productora de toxina Shiga en el ambiente y en los animales, protegiendo así la salud humana y fortaleciendo la prevención de esta enfermedad.



