En los últimos meses, las provincias de Chaco, Formosa y Misiones fueron foco de varios brotes de rabia paresiante, una enfermedad zoonótica transmitida por el murciélago común Desmodus rotundus, que afecta principalmente a bovinos y equinos. Ante esta situación Fecovet resalta las acciones de protección y prevención que siguen en marcha, en colaboración con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
El Senasa confirmó que se registraron al menos cuatro brotes en estas provincias. Como medida preventiva, se implementaron estrictos protocolos que incluyeron la vacunación obligatoria de las especies susceptibles dentro de un radio de diez kilómetros alrededor de los casos confirmados. Esta vacunación debe repetirse entre los 20 y 30 días posteriores a la primera dosis, según lo estipulado por las normativas vigentes.
A pesar de que los brotes fueron controlados, el Senasa sigue llevando adelante operativos de monitoreo y control debido a la naturaleza endémica de la enfermedad en la región. En este sentido, Fecovet continúa recomendando a los productores ganaderos que incorporen la vacunación contra la rabia paresiante en sus calendarios anuales, como medida preventiva adicional.
Es fundamental que los productores sigan cumpliendo con la obligación de notificar cualquier sospecha de rabia paresiante y registrar la aplicación de la vacuna antirrábica ante el Senasa. Esta acción contribuye al control y prevención de la enfermedad, que sigue siendo una amenaza para la salud animal y humana en la región.
La rabia paresiante es una enfermedad grave que puede transmitirse de los animales a las personas. Los animales infectados presentan síntomas neurológicos como inquietud, pérdida de apetito, aislamiento, depresión, deshidratación y dificultades motrices, hasta llegar a la muerte. Ante la aparición de estos signos, se recomienda evitar el contacto directo con los animales afectados y dar aviso inmediato al Senasa para su evaluación.
A pesar de que la situación se mantiene controlada, Fecovet reitera que las medidas de protección siguen siendo esenciales para prevenir la expansión del brote. Los productores deben estar alertas y seguir las recomendaciones del Programa Nacional de Control de la Rabia Paresiante para proteger tanto a su ganado como a la salud pública en general.